domingo, 17 de agosto de 2014

La relevancia conventual del Espíritu Santo

La relevancia conventual del Espíritu Santo

Humildad, sacrificio y caridad a lo largo de la historia de las comendadoras de la orden. El turismo religioso se presenta como una oportunidad para crear una ruta.

La orden hospitalaria del Espíritu Santo tuvo su origen en 1174 de la mano de Guido de Montpellier, siendo la ciudad testigo del establecimiento de la comunidad mixta a finales del siglo XV, en el mismo lugar donde previamente se ubico la ermita de San Blas. 

En sus orígenes se encomendaron al Sancti Spiritus y San Telmo, este último como santo patrón de los navegantes debido a la tradición marinera presente. La orden contó con un hospital, teniendo al frente un prior y una cofradía responsable del mantenimiento económico de la hospitalidad, existiendo además referencias sobre los donativos ofrecidos por particulares, como constata el testamento de Baltasar Cubian en el siglo XVI y el cabildo municipal. Según el visitador de la ciudad en 1561, el origen femenino se estableció en el hospicio y emparedamiento de mujeres para vivir en comunidad bajo la tutela espiritual de un sacerdote. Los embistes de la invasión anglo - holandesa a finales de siglo obligo a las hermanas abandonar el convento sirviendo este como cuartel para las tropas. 

A mediados del siglo XVIII residían en su convento, según en las 'Respuestas Generales del Catastro de Ensenada' los censos de Godoy y Floridablanca, entre 25 y 30 religiosas, agregándose además un número de sirvientas, incluso de prestigiosas familias portuenses, para su cuidado. 

El siglo XIX estuvo marcado por la guerra napoleónica sufriéndose entre sus muros un nuevo expolio, transformándose su iglesia en las cuadras de la caballería francesa, viviéndose semejante situación en 1823 con los 'Cien Mil Hijos de San Luis'. 

Las posesiones rústicas y mobiliarias continuaban de su propiedad, como lo recogen las actas de este mismo siglo, mencionándose una finca en la calle Ganado. No obstante las arcas sufrían constantes vaivenes, solicitándose en 1800 al Visitador General tres mil reales de vellón para el sostenimiento del convento al "encontrarse empeñado". Estas peticiones fueron frecuentes en los años venideros, reclamando la priora en 1801 poder acceder al Arca de Capitales por no recibir los juros que se les adeudaba para atender las necesidades de la comunidad. Las inexactitudes de la clavería genero graves errores en su administración, añadiéndoles cobranzas ocultas y falsas realizadas en nombre de la comunidad por los recaudadores, según el informe redactado en 1801 por el administrador Josef Alonso y Sáenz. 

Para la renovación de "las casas en mal estado que poseía la comunidad "requirió su priora en 1802, ocho mil ciento noventa reales de vellón "al encontrarse muchas viviendas desalquiladas en la villa y de no hacerlo les resultaría dificultoso volverlas a alquilar". Además como era la costumbre, se instaba hasta principio de cuaresma la correspondiente carne de cerdo recayéndole a cada religiosa media libra. 

Dos años más tarde se produce, a causa de una epidemia, el fallecimiento de siete hermanas, quedando once imposibilitadas para servir, "unas por su avanzada edad y otras por enfermedades", instando su priora al Visitador General la posibilidad de acceso a la orden de "tres nuevas pretendientas". 

Entre los nombres que componen una lista de treinta religiosas figuran en 1808, Juana de la Concepción y Felices, Rosa de San Ignacio y de la Vega, Isabel de Vergara y Joaquina Vizcaya. Los padrinos de las novicias deseosas de profesar para religiosa de coro y velo negro, depositarían ocho días antes de la profesión su dote variando según el poder adquisitivo familiar. Las propiedades mobiliarias y rústicas se vieron afectada con la desamortización eclesiástica de 1836 no incumbiendo al convento o la iglesia recién construida en 1851. 

El amplio pasado histórico así como su edificio invita a los portuenses y foráneos pasar por su interior. Debemos considerar la potenciación del turismo religioso en nuestra ciudad a través de una ruta conventual para mostrar los atributos singulares de cada comunidad religiosa pasada y presente. La reciente elevación a Santuario de la Iglesia Mayor Prioral o la señalización de la vía Augusta del Camino de Santiago manifiesta un claro interés por promover esta tipología turística unida a la fe.

Publicado en el Diario de Cádiz 
http://www.diariodecadiz.es/article/elpuerto/1835764/la/relevancia/conventual/espiritu/santo.html 

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